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Adrian García Fernández
Nací el 25 de Marzo de 1987 en la ciudad de la Habana, Cuba, lugar de residencia actual. Comencé a incursionar dentro del fascinante mundo del arte en el centro experimental José Antonio Días Peláez donde recibí mis primeras lecciones sobre el tema, lo cual me ayudo a prepararme para algunos años después ingresar a la escuela de Instructores de Arte de provincia Habana Eduardo García Delgado, lugar donde tuve la oportunidad de ampliar mi visión sobre el arte además de conocer y desarrollar varias de las especialidades de la plástica. A lo largo de cuatro años participe en varias exposiciones, salones y eventos colectivos organizados por la institución, graduándome en el año 2005 con resultados satisfactorios y así poder comenzar unos meses después mi servicio social impartiendo clases de Artes Plásticas en escuelas, lo cual significo una gran experiencia.
En el año 2008 ingrese a la Academia Nacional de Bellas Artes “San Alejandro” luego de pasar por una serie de rigurosas pruebas inicie el largo camino de la pasión por el arte. Forme parte de un grupo de pintores llamados Los nuevos Fieras, organizado por la artista de la plástica cubana y profesora de la academia Rocio García, el cual tenía como objetivo homenajear a los pintores fauvistas, aquí seguí ampliando mis conocimientos de pintura y nació mi gran interés por el uso y presencia del color en mis obras como una manera de expresión entre el artista y el receptor. Tuve como antecedentes a grandes pintores como Henri Matisse, Kitaj, Vincen Van Goth entre otros, que se encuentra Roy Lichtenstein uno de los representantes del arte pop.. Participe en importantes exposiciones, una de las cuales fueron el salón contemporáneo de Camagüey entre otras. Después de mucho estudio y gran esfuerzo me gradué de la Academia de Bellas Artes San Alejandro en el año 2012, obteniendo la máxima calificación con reconocimientos.
Actualmente trabajo como artista independiente insertándome por mis medios en proyectos que me ayuden a seguir ampliando mis conocimientos y así no poner límites a la creación.
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